Cuando vi caminar al perro en la vereda de enfrente, pensaba sólo que no cruzara calle, pero que lo mirara le llamo la atención y cruzó, cobardemente, como siempre, cerré los ojos para no ver cualquier cosa que podía pasar. Una bocina sonó y el perro ya no estaba en la calle, si no que bajo mio esperando que le hiciera cariño en las orejas. Sabía que quería cruzar la calle sólo para hacerle cariño en las orejas, arriesgó su vida por ello.
Nunca más entrego cariño a un animal que arriesga la vida por ello. Nunca más.
cia!
Nunca más entrego cariño a un animal que arriesga la vida por ello. Nunca más.
cia!
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