jueves, 5 de junio de 2008

[Los de Costumbres]

Por eso me gusta la ciudad, por que si llueve puedo comprarme un paraguas, por que las calles son plomas y cuando están mojadas brillan como si estuviesen pintadas con oleo, por que los charcos son saltables y puedo caminar impermeable en ellos, por que si hay arboles me cubren de la lluvia y si hay animales puedo atraparlos, no corren, de echo saltan hacia mí, les encanta saltar en la lluvia, mojarse en los charcos y bailar impermeables. Corren por las veredas y saltan en los semáforos, animales de costumbres, si fueran salvajes estarían tristes, pensando volver al campo, pero yo no hecho de menos el campo, por que siempre voy, siempre estoy en contacto con los árboles gigantes, los animales escurridizos y las lluvias copiosas. Aquí es diferente, siempre lo fue. Los animales corren por las veredas y saltan en los semáforos, no vacilan en cruzar sin permiso, no temen quedar bajo un bus, solo temen no poder correr y nos ser atrapados por algún dueño que quiera ser su dueño. Los animales acá solo quieren que les hagan cariño en las orejas, por que son animales de costumbre, no salvajes. Por eso no se meten bajo los arboles, ni tampoco corren de mi. Estos son animales que corren por las veredas y saltan en los semáforos, animales que cruzan mis calles y mis buses, vomitan sus entrañas y piensan en seguir viviendo, ¿será el instinto del animal salvaje o será que son mis animales de costumbre que alguna vez fueron salvajes? No lo creo, los otros siempre se escondían, estos vienen a mi, pero eso me confunde más, arriesgan sus vidas, solo para que yo les haga cariño en las orejas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Porque las ultimas entradas van entrelasadas?
Ia cuiddateeeeee pabliyo
me cais asi un 7
:) saludos a las nalgas adios